Se nos hace tarde. El tráfico de sábado por la noche y nuestra falta de ubicación dentro de la zona nos obliga a dejar el auto bastante lejos. El tiempo sigue corriendo. Caminamos varias cuadras hasta que llegamos al Auditorio Nacional. Se presentan esta misma noche Sabina y Páez. Rodeamos el Auditorio y ahí se encuentra la fila para entrar al Lunario. Llegamos a tiempo, aún no abrían la puerta y dos de mis amigos estaban ya formados. Paso el tiempo, 15 minutos para ser exactos, e inició el ingreso al lugar, subimos y nos ubicamos cerca del escenario para no perder detalle.

Una vez que casi se lleno el Lunario, inició el tan esperado concierto con Las Ultrasónicas, un gran grupo abridor si me lo preguntan, sirvió como calentamiento, sus canciones insolentes y sus coros tan pegajosos emocionaron al público presente. El tiempo corrió muy rápido para ellas, y cierran su presentación con Qué grosero!

Esperamos unos minutos en lo que se cambiaban los instrumentos y se ajustaba todo para la salida del El Otro Yo. Aparecieron en el escenario y parecía que en verdad nos encontrábamos Fuera del Tiempo. Inmediatamente nos cargaron con su fuerza y adrenalina al abrir con Alma gemela, no parábamos de cantar. “Nunca nunca, serán perdonados!” coreábamos todos al escuchar Pecadores; Crazy, Perro, La Ola, La música, Locomotora, fueron algunas de las piezas que disfrutamos. Tuvieron que bajar un poco el ritmo, porque lo único que nos separaba del escenario era una “cadena” (si se le puede llamar así) similar a la que usan en los bancos para hacer las filas, y un individuo de seguridad estuvo a punto de tirar dos veces a María Fernanda.

De repente, como si el tiempo regresara, aparecieron Roxxy y Ali GuaGua de las Ultras, para interpretar junto a EOY Tetona, una canción muy adecuada para ellas. Los invitados especiales no pararon ahí, subió al escenario Paco Huidobro de Fobia, y junto a él, tocaron su más grande éxito No me importa morir.

Después de todas estas emociones parece que el tiempo regresó y nos alcanzó, llegando a su fin el concierto, no sin antes tocar Mascotas del sistema.

Al salir del Lunario regresamos a nuestro tiempo, al tiempo real del tráfico, de la gente, pero pasará mucho más tiempo para olvidar este excelente concierto.

Esta es de las pocas veces que asisto a un concierto en domingo. También es de las pocas veces que un concierto no me llena al 100%. En la segunda presentación de The Cure en nuestro país del presente año, sentí a la banda un poco desangelada. Tal vez tenía que ver que el repertorio que tocaron, fue muy similar al del 2005. Parecía una copia calca, hasta cómo coreaba la gente Play for today, y el bloque de Play for today, M y A forest idéntico al de hace dos años. Aunque escuché canciones que tenía años de no escuchar como Shake dog shake o Push, en realidad siento que The Cure nos quedó a deber a los asistentes del domingo. No todo fue malo, ya que es grato escuchar a Robert Smith y compañía en vivo, creo que es complicado cambiar un show cuando no se trae disco nuevo bajo el brazo, pero de que son excelentes músicos y sus canciones marcaron la historia, además de que cambiaron la moda internacional, no es un punto que esté en discusión. El juego de luces fue excelente y el sonido lo escuché bastante bien, para ser el Palacio de los “Rebotes”. Comentando con los asistentes del sábado o del lunes, el concierto del domingo fue el más flojo en cuanto al repertorio de canciones viejitas que me hubiera gustado escuchar. Espero que regresen en su próxima gira de su disco nuevo, por supuesto que es una banda que merece otra oportunidad.

Al igual que en la película de Will Smith, llevaba dos años buscando una nueva felicidad; mi grado de maestría. El 9 de octubre, al fin pude cumplir ese sueño. Después de preparar la presentación durante dos días y aprenderla en uno, la verdad es que estaba nervioso, muy nervioso, no sé por qué, si era un trabajo que yo había hecho y que conocía de principio a fin, tal vez fue el ver a los sinodales y al director frente a mí o quizá fue el tener ahí a mis seres queridos y fracasar delante de ellos. Después de realizar la exposición venía la parte más difícil, el enfrentar a los sinodales, pero en esta parte fue en la que me sentí muy cómodo, aunque no pareciera como me decían mis invitados. Después de casi 3 horas de examen, lo logré! Me dio mucho gusto ver ahí a mi lado a mis seres queridos, faltó mi hermano, que por motivos de trabajo no se encontraba en el país, pero me envió un mensaje en el que me decía lo orgulloso que estaba de mí, esa es la mejor felicitación que alguien me podía dar, además de ver a mi mamá llorar de felicidad, eso no lo hizo ni cuando terminé la licenciatura jejejejejeje. Muchas gracias todos los que me apoyaron para poder conseguir esta meta, a mis amigos, a mi novia y sobre todo a mi familia, mi mamá y mi hermano que creyeron en mi y nunca dudaron en brindarme su apoyo. Gracias.

Antes del examen

Mi familia: mi Má, Marce, Caro, Ruth, Rigodude

Los sinodales